lunes, 28 de diciembre de 2009
por las mañanas cuando se levanta...a veces no se explica cómo cambió todo de repente, pero rapidamente sacude la cabeza. es lo que hay. después abre la contraventana, y la pintura comida por la humedad rasca las yemas de sus dedos fríos. no sabe si en algún momento de la noche, entre esas mantas que pican, cambiaron a calientes. el prado está nevado, y termina de abrir la ventana para asomar la cabeza y comprobar que sale vaho frío de su boca. sigue vivo. se da media vuelta, y con temblores, se dirige por el largo pasillo de madera hasta la puerta que no cerró con llave porque allí nadie roba. gira el picaporte y en dos pasos alcanza tierra. un escalofrío del tamaño de un elefante sacude su espalda, que se retuerce entre sus hombros a golpes redondos de clac-clac-clac. sus pies descalzos escarban la nieve hasta alcanzar la hierba, luego los frota hasta que consigue sentir cosquillas, y vuelve dentro.
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